Las principales diferencias que existen entre la gran cantidad de tipos de aceite de oliva, están relacionadas con la forma de extraerlo del fruto y el tratamiento que recibe el aceite una vez extraido.
Una vez que el aceite esta catalogado según el tipo, encontramos multitud de calidades que dependen del tratamiento del fruto en el árbol, la forma de recolección, el tiempo que transcurre desde la recolección hasta la almazara (Lugar donde se realiza la extracción), el almacenamiento si lo hubiera, el envasado y cualquier pequeño detalle en la cadena del proceso que transcurre desde el nacimiento del fruto hasta que el aceite llega a nuestra mesa.
Según la rigurosa normativa Europea y Española el “Aceite de Oliva Virgen Extra” es el considerado de mayor calidad. A continuación enumeramos los tipos de aceite de oliva según su calidad.


La acidez se obtiene mediante análisis en laboratorios autorizados y esta directamente relacionada con la cantidad de acidos grasos libres que hay en el aceite, esta cantidad depende del estado optimo en el momento de recolección del fruto, del tiempo que ha pasado desde la recolección hasta la extracción del aceite, si la aceituna ha sido recogida en el suelo o si ha dado lugar a alguna fermentación antes de la extracción del aceite. Por lo tanto diremos que “A MENOR ACIDEZ, MAYOR CALIDAD DEL ACEITE”.
Ademas de la acidez también hay otros parámetros que hacen que el aceite de oliva tenga la denominación de “Aceite de Oliva Virgen Extra”. Estos parámetros son el índice de peróxidos, el índice K270 y la presencia de ceras entre otros.
Cuando compre aceite de oliva exija siempre que sea “Aceite de Oliva Virgen Extra”
Sin embargo se puede dar el caso que este aceite cumpla con la acidez u otros parámetros requeridos para el aceite de oliva virgen extra y sin embargo no obtenga su calificación debido al análisis organoléptico por parte de catas o expertos.
Por ello debemos decir que el aceite de oliva virgen puede presentar defectos en su olor o sabor. Sin embargo no significa que sea un aceite no apto para el consumo, pudiéndose usar para consumo directo sin ningún temor ya que sigue siendo zumo directamente del fruto del árbol, aunque la calidad del fruto no estuviera en su estado optimo para conseguir la catalogación de “Aceite de Oliva Virgen Extra”.
Este aceite es de calidad inferior, tiene una acidez superior al 2% y no es apto para el consumo humano. Este aceite habitualmente es refinado o destinado para usos industriales.